jueves, 29 de abril de 2010

Adopción y matrimonio gay

Hemos estado muy pendientes del cambio que se hizo en la legislación del Distrito Federal en materia de matrimonios. Parece que lo más preocupante es la posibilidad que la modificación genera para la adopción de menores por parte de matrimonios formados por dos hombres o dos mujeres.

Hay muchos elementos que pueden asustarnos con cierta justificación aparente. En realidad, hay que pensar que la ignorancia es una de las raíces de la homofobia.

En efecto, lo poco que alcanzamos a conocer de la homosexualidad es lo que los medios nos muestran: las marchas gay con imágenes extravagantes de hombres “disfrazados” de mujeres con poca y colorida ropa. Los personajes jocosos de los programas de televisión que muestran hombres con actitudes femeninas que nos resultan sumamente chocantes y por ello nos provocan risa.

Estas imágenes son una pequeña parte que nos atrevemos a ver del mundo homosexual, pues nos resulta de algún modo entretenido. Se nos olvida que somos absolutamente diversos y que no podríamos juzgar el comportamiento de todos los heterosexuales por los comportamientos de los personajes públicos, como los que están en televisión, maquillados y con mujeres con poca y colorida ropa.

Los hombres y las mujeres somos de muchas maneras, con rasgos que pudiéramos considerar como más masculinos o femeninos, cualidad que le damos de manera arbitraria pues no hay nada exclusivamente femenino en el gusto por arreglarse por ejemplo, así como tampoco es exclusivamente masculina la agresividad, o voluntad de obtener lo que se quiere, características que adjudicamos a uno y otro sexo por convención social.

De este mismo modo, podemos encontrar hombres dentro del espectro completo de masculinidad-feminidad con gusto hacia las mujeres, los hombres o ambos sin que una cualidad se contraponga con la otra.

El mismo Sigmund Freud describe en sus “tres ensayos para una teoría sexual” que en las personas homosexuales se puede reconocer un alto grado de desarrollo moral, de manera que pueden desempeñarse en cualquier área de su vida de manera confiable y exitosa.

Las nuevas familias que se han propuesto en el DF son familias poco tradicionales con 2 papás o 2 mamás que se encuentran en un compromiso matrimonial (según lo especifica la nueva ley) y que desean adoptar un hijo, o bien uno de los miembros de la pareja desea adoptar al hijo o hija de la pareja para darle la mayor seguridad al menor.

En esta perspectiva, la ignorancia puede provocarnos nuevamente temor por la seguridad de los menores. Cabe mencionar que este tipo de familias atípicas existe ya de facto. Las personas homosexuales pueden y a veces son padres biológicos que crían a sus hijos. Es un fenómeno que sucede con mayor frecuencia de la que hemos aceptado.

El mundo académico y científico, prefiere actuar contra la ignorancia en vez de agredir y lastimar a las personas. Hace falta debatir las ideas en este plano, en las aulas de los centros de educación superior, dónde se genera, se actualiza y se revisa el conocimiento.

Es por esto que hace tiempo se dieron a la tarea de estudiar las consecuencias de la educación y crianza por una pareja gay (situación que de ninguna manera es nueva ni necesita regularse para existir) y los resultados arrojan que no hay una mayor proporción de hijos gay criados por una pareja homosexual que los criados por una pareja heterosexual, la homosexualidad no se contagia ni se transmite por ningún medio, las parejas homosexuales son tan maternales o paternales como las parejas heterosexuales y le dedican a los hijos tiempos para la crianza equivalentes a los tiempos que los heterosexuales dedican a esta tarea- recomiendo visitar la página de la Asociación Psicológica Americana con los pronunciamientos al respecto, hacen una compilación de las investigaciones acerca de la crianza que realizan las parejas homosexuales.

Si bien la discriminación en la escuela puede ser un elemento de preocupación, hace 20 años, los hijos de padres divorciados eran terriblemente discriminados, y eso no detuvo el incremento de divorcio, lo que ahora vemos, es que la sociedad ha cambiado, no se discrimina más ni a los hijos de padres divorciados ni a los hijos de madres solteras.

Quizás lo que necesitamos es cambiar a la sociedad y dejar de tratar de cambiar la orientación sexual de las personas o de castigarlas por su forma de ser, pues la orientación sexual de cada persona se descubre a lo largo del desarrollo y no puede modificarse con psicoterapia, ni con medidas coercitivas

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