viernes, 30 de septiembre de 2011

el aborto

El tema del aborto divide a nuestra sociedad en dos grupos, aquellos que se oponen a su despenalización, considerando que su práctica atenta contra la vida de un ser indefenso. Por el otro lado se encuentran los que consideran que penalizarlo atenta contra el derecho a decidir sobre su cuerpo de las mujeres.

En general, se trata de un tema complejo y muy delicado. Decido entrar en este debate pues tiene grandes consecuencias para la salud de las personas y de la sociedad.

Lo cierto es que penalizar el aborto es una forma de discriminación y criminalización de la pobreza. Contrariamente a lo que podemos fantasear sobre las mujeres que abortan por “lujuriosas” sin freno, las mujeres que enfrentan más riesgos al buscar interrumpir sus embarazos son mujeres pobres, con poca educación sexual y que viven sometidas a los varones que les imponen las relaciones sexuales sin protección. En resumen, son mujeres a quienes se ha negado el derecho humano de decidir sobre su cuerpo y reproducción. No obstante las violaciones a los derechos sexuales y humanos de estas mujeres, cuando deciden someterse a un aborto lo hacen en condiciones de gran riesgo para su salud y vida, contrariamente a las mujeres que disponen de recursos económicos quienes tendrán probablemente más educación e información y eventualmente podrán viajar a los lugares en los que interrumpir un embarazo resulta legal y seguro.

La Organización Mundial de la Salud publica una guía técnica y de políticas para sistemas de salud en la que asegura que el aborto es un problema de salud pública que debe ser atendido para lograr la meta del milenio de abatir la muerte materna. En este documento reporta que la mayoría de “las muertes como consecuencia de abortos no seguros ocurre en países en desarrollo, donde el aborto está severamente restringido por la ley.”

Es responsabilidad del Estado garantizar que se puedan ejercer los Derechos Humanos de manera que el Estado debe proporcionar la educación sexual integral que incluya información sobre los métodos anticonceptivos que existen (hormonales, DIU, condón, métodos quirúrgicos y naturales), también debe proporcionar información basada en el conocimiento científico sobre sexualidad (esto es, EDUCACIÓN SEXUAL PARA PODER DECIDIR).

Los métodos anticonceptivos deben ser accesibles para toda la población sin discriminación para que puedan de manera informada utilizarlos y ejercer el derecho a decidir la procreación, su número y espaciamiento. (Esto es, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR).

El aborto es un último recurso cuando todo lo anterior ha sido insuficiente, por supuesto que no se considera y NO es un método anticonceptivo, es un recurso extremo ante situaciones extremas. (Esto es, ABORTO SEGURO PARA NO MORIR).

Dentro de los acuerdos internacionales que menciona el documento técnico de la OMS, quiero traer a cuenta lo siguiente:

1999 Acciones claves para una Implementación de Mayor Alcance del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo
(ii) Los gobiernos deben tomar medidas apropiadas para ayudar a las mujeres a evitar el aborto, el cual en ningún caso debe promocionarse como un método de planificación familiar, y en todos los casos, ofrecer un tratamiento y asesoramiento humanos a las mujeres que han recurrido al aborto.

Este acuerdo internacional, expresa la necesidad de atender de manera humana a las mujeres que hayan recurrido al aborto, cosa que no sucede al criminalizarlas.

Cabe mencionar que despenalizar el aborto en ningún momento obliga a las mujeres a optar por practicarlo, abortar es una decisión personalísima y cada mujer que tenga un embarazo no deseado, deberá evaluar su circunstancia y hacer un examen de conciencia y decidir de acuerdo a sus valores. (Significa que el hecho que el aborto sea bueno o malo moralmente para mí, no debe convertirse en la norma para todas las mujeres).

Me parece que estar a favor de la despenalización del aborto es en realidad un gran SI a la vida digna de las personas en especial de las mujeres al respetar y defender el derecho sobre su propio cuerpo en cuanto a decisiones, seguridad, integridad y salud.

Hay mucho más que reflexionar y decir sobre este tema, éste es uno de los enfoques que se le puede dar, estoy segura que habrá muchos más puntos de análisis.

Referencia

OMS (2003). Aborto Sin Riesgos. Guía Técnica y de Políticas para Sistemas de Salud. Ginebra: OMS disponible en http://www.who.int/reproductivehealth/publications/unsafe_abortion/9241590343/es/index.html

lunes, 19 de septiembre de 2011

Disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales son padecimientos que interfieren con la respuesta sexual, es decir que dificultan o impiden el deseo, la excitación y/o el orgasmo. Para poder ser considerados como padecimientos, deben suceder con cierta frecuencia durante algún tiempo.


Es importante que se cumplan los criterios de frecuencia y tiempo, dado que es natural vivir eventos desafortunados durante el ejercicio sexual, las causas de estas "fallas" son el cansancio, el estrés o las distracciones circunstanciales.

Las disfunciones sexuales deben presentarse en todos o casi todos los intentos durante al menos seis meses (DSM-IV, 2004). Por otro lado, pueden haber sucedido desde el principio o empezar a suceder después de un tiempo de buen funcionamiento. Esto se refiere a la temporalidad de la disfunción, puede ser primaria (desde siempre) o secundaria (después de buen funcionamiento). También pueden suceder en algunas situaciones y en otras no, de manera que tenemos disfunciones globales (se presentan en todas las situaciones), situacionales (solamente presenta en algunas situaciones o con una pareja si y con otra no) o parciales (la disfunción se presenta en todas las situaciones excepto en el autoerotismo).

Las disfunciones pueden presentarse en cualquiera de las fases de la respuesta sexual: en la fase de deseo sexual, puede presentarse el deseo sexual hipoactivo (baja o falta de deseo sexual).

En la fase de la excitación sexual, hay disfunciones masculinas, la disfunción eréctil (dificultad para lograr o mantener una erección suficiente para la satisfacción sexual) y disfunciones femeninas, excitación sexual inhibida con lubricación vaginal (dificultad para sentirse excitada a pesar de la presencia de lubricación vaginal adecuada), excitación sexual inhibida sin lubricación vaginal (dificultad para lograr o mantener la lubricación vaginal suficiente para la penetración y satisfacción sexual).

En la fase de orgasmo, los hombres pueden presentar eyaculación precoz (eyacular ante una estimulación sexual mínima, antes durante o después de la penetración, antes de que la persona quiera eyacular) y en ambos sexos puede haber anorgasmia (falta de la experiencia orgásmica ante una estimulación sexual suficiente).

En la fase de resolución pueden aparecer los síndromes dolorosos aunque la dispareunia (dolor coital) puede suceder en cualquier fase de la respuesta sexual.

Existen también disfunciones sexuales que impiden la relación sexual y en particular la penetración son: el vaginismo (contracción involuntaria de los músculos pélvicos que estrechan el introito vaginal o entrada de la vagina impidiendo o dificultando dolorosamente la penetración) y la fobia sexual (miedo y angustia ante la posibilidad de una relación sexual, en particular de una penetración), la fobia puede presentarse tanto en hombres como en mujeres.

Todas las disfunciones sexuales tienen consecuencias negativas, como malestar personal, conflictos interpersonales, sufrimiento y en ocasiones evitación de la intimidad sexual.

Las causas de las disfunciones son diversas y deben ser exploradas con detenimiento pues algunos padecimientos físicos como la diabetes, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico, algunos trastornos neurológicos u hormonales y algunos tumores cancerosos tienen manifestaciones en la respuesta sexual humana. Otras causas pueden ser psicológicas como angustia de desempeño, desconocimiento del propio cuerpo y su funcionamiento, interferencias de pensamientos durante la actividad erótica, baja autoestima, trastornos de personalidad o conflictos mentales o emocionales. Un tercer nivel de causas de las disfunciones se encuentra en la relación de pareja, los conflictos y discusiones, problemas de comunicación dificultan las experiencias placenteras y en ocasiones interfieren en la respuesta sexual humana.

En cualquier caso, es muy importante atender las disfunciones sexuales con un especialista (sexólogo clínico) que sea capaz de realizar el diagnostico completo y ofrecer un tratamiento adecuado pues las consecuencias tanto en lo individual como en pareja son importantes y se relacionan con la salud física, mental y sexual, la satisfacción sexual en particular y la satisfacción por la vida en general.