lunes, 18 de marzo de 2019

Como saber si es amor o es un capricho

Papilla Estelar. Remedios Varo


En primer lugar, necesitamos hacer una diferencia entre el amor y el enamoramiento.
El enamoramiento es un estado en el que hay una producción de neurotransmisores en el cerebro (dopamina, serotonina, endorfinas etc.) que provocan un estado de euforia al estar con el ser amado, ansiedad cuando el encuentro está próximo, desamparo con la ausencia (son las mariposas en la panza). Las reacciones se han descrito semejantes a las reacciones ante una sustancia adictiva, incluso en las descripciones de funciones cerebrales parecen activarse las mismas zonas. Estas reacciones parecen imperativas, automáticas y muy intensas. Por esto, es frecuente que pensemos que el amor debe ser así, automático, intenso e imperativo.
La realidad del amor es otra. El amor, no es un sentimiento, es una decisión. El amor es un deseo de bienestar para el ser amado, que trasciende la propia capacidad de procurar ese bienestar. Es decir: “te amo y quiero que te vaya bien, aunque yo no esté ahí para verlo”.
Por otro lado, Sternberg (2000) ha descrito el amor de pareja como un triangulo con tres aristas: la pasión, la intimidad y el compromiso. Menciona que cada persona y cada pareja tiene una idea de lo que espera con respecto a estos tres elementos y puede evaluar lo que obtiene en su relación actual de pareja. La pasión se refiere al deseo sexual, a la atracción erótica. La intimidad se refiere a la cercanía emocional, la compatibilidad de gustos, emociones, experiencias. El compromiso es la capacidad de tener un proyecto común, objetivos y metas conjuntas.
Con todo esto, el amor es claramente una decisión que incluye el trabajo por el bienestar del ser amado y por supuesto el propio. El amor no es una entrega caritativa en la que el amante queda vacío de energía. El amor construye a los amantes, es una alianza para el bienestar compartido, el crecimiento conjunto y el placer mutuo.
Volviendo a la pregunta, ¿es amor o es capricho?
El capricho es sería una necesidad imperiosa, acompañada de una sensación de vacío, inutilidad y desamparo. También el capricho incluye la posesión de la persona “amada”, o la creencia que el ser amado se debe lealtad, y está obligada a ser feliz únicamente por el conducto de la propia presencia. También incluye la manifestación de celos y una necesidad de que el amor de la persona amada sea automático y que permanezca en el estado de enamoramiento.
Con estas descripciones se vuelve más fácil dilucidar si una relación es de amor o de capricho. Por principio, cuando hay dudas, es porque hay un malestar en la relación. Por otro lado, nadie puede diagnosticar a otras personas y decidir por ellas si su relación es de amor o de capricho. Únicamente la persona que vive esa relación puede identificar sus propias reacciones y calificarlas.
  
Sternberg, R.J. (2000). La experiencia del amor. Barcelona: paidós (publicado originalmente en 1998)