viernes, 15 de junio de 2012

DEL CUCHICUCHI A LAS URNAS. APRECIACIONES DE GÉNERO EN POLÍTICA.


La candidata del Partido Acción Nacional ha tratado de utilizar el hecho de ser mujer para ganar votos a su favor desde que su partido la eligió como candidata. Más allá de una propuesta política, la idea de merecer un voto por el hecho de ser mujer es antidemocrática y alejada de la filosofía feminista. La necesidad de impulsar la participación política de las mujeres no se relaciona con el hecho de ser mujer simplemente, se relaciona con la discriminación histórica que se ha hecho a las mujeres excluyéndolas de las decisiones importantes del país.

Las más recientes declaraciones de Josefina Vázquez Mota, en las que sugiere a las mujeres dejar a sus esposos sin "cuchicuchi" si no votan o con “doble cuchicuchi” si acuden a las urnas, manifiesta su pensar de las mujeres, de los vínculos afectivos y del erotismo. En efecto, el erotismo es para ella un medio de premiar o castigar a los hombres, de manera que las mujeres no lo deseamos, ni lo disfrutamos. Las parejas son, en este contexto, relaciones de poder en las que la moneda de intercambio es la actividad sexual. Inclusive considerando la aclaración que define el “cuchicuchi” como un intercambio afectivo, resulta ofensivo que se sugiera condicionar las expresiones de afecto entre dos personas que se quieren para lograr algún propósito sea cual sea, además que atropella el derecho a la libre expresión sexual emocional, propuesto por la Asociación Mundial para la Salud Sexual y la Organización Mundial de la Salud como uno de los requisitos para el logro de la salud sexual Con esta forma de pensar sobre las mujeres, empezando con su propia condición, parece que desconoce las necesidades reales y por tanto las soluciones que lleven a México hacia una verdadera equidad de género, requisito indispensable para la paz y el desarrollo económico, social y cultural del país.

La campaña de Josefina sugiere que se debe votar por ella porque es diferente a los otros candidatos, esta diferencia consiste en su sexo. Ha utilizado estereotipos para convencer de votar por ella como la idea de "tener muchos pantalones" o el juego de imaginar a los otros candidatos siendo mujeres estereotipadas, parece que para Josefina las mujeres somos superficiales y gustosas de la televisión, dependientes de nuestras madres o volubles emocionalmente y que la presidencia es un encargo del cuidado de los hijos. También sugiere que si llega a ser presidenta, por ese solo hecho, las mujeres viviremos en un México libre de violencia y discriminación hacia nosotras.

Todos estos ejemplos descalifican la lucha feminista ya que resulta innecesaria cuando lo que se requería era que ella llegara a liberar a las mujeres de su yugo. El feminismo propone que una mejor sociedad es aquella en la que se ejerce la equidad de género, es decir que tanto hombres como mujeres opinan y deciden el rumbo del país, porque hay condiciones para la participación en la misma proporción de mujeres y hombres, de acuerdo a sus capacidades, habilidades y conocimientos. Esto incluye la educación, las opciones de desarrollo, el trabajo (y el pago igual por el mismo desempeño), la participación política y las condiciones de vida en general. También pugna por la erradicación de la violencia hacia las mujeres en cualquier circunstancia.

No necesitamos una mujer con muchos pantalones, ni una presidenta que nos descalifique por nuestros gustos, nuestras emociones o nuestra sexualidad, necesitamos una persona que sepa gobernar con inteligencia y sensibilidad para todos y todas, que asegure la justicia y seguridad para mujeres y hombres, que proponga un desarrollo económico basado en la equidad (de género y social) y que sepa promover el desarrollo de las mujeres en todos los ámbitos del quehacer humano.

La forma de pensar de nuestros candidatos y candidatas se puede observar en sus declaraciones y propuestas, reflexionemos juntos sobre el rumbo que queremos dar a nuestro país en los temas de importancia para nuestro desarrollo integral.